UN CÁNTICO DE PAZ.
La noche oscura se vistió de estrellas
pero una brillaba más que todas
abriéndole al camino a los cantores
que bajaban del cielo haciendo honores.
Era un cántico especial jamas oído
por los pastores sencillos campesinos
era un coro celestial mágico divino
que daba la bienvenida a un tierno niño.
Anonadados por tan extraño evento
acuden de prisa hasta el encuentro
de algo que no sabían que era...
pero las notas melodiosas de ese coro
de seres celestiales nunca vistos
lleno de amor todos los corazones.
Así sin saber a donde iban
bajaron de las comarcas todas
guiados por la luz de aquella estrella
y el coro celestial que no callaba.
Llegaron hasta un humilde pesebre
allí yacía el Rey de todos los Reyes
entre los brazos tibios de María,
cumpliéndose así la vieja profecía
que a este mundo llegaría un Mesías.
Ese cántico celestial que trasmitía Paz
esa noche a los hombres de buena voluntad
vive en el corazón de aquel que busca
a Dios para servirle con amor y humildad.
Diciembre 12/2013
Ana María
(Nitta).
Derechos Reservados.
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